Érase una vez una gaviota que quería viajar.
Un día, un enorme barco llamado "El Viajero" llegó al puerto y una persona gritó:
Un día, un enorme barco llamado "El Viajero" llegó al puerto y una persona gritó:
"¡Los viajeros que suban a bordo!
Y la gaviota se posó en una de sus chimeneas. Media hora después, el barco arrancó y el ave se emocionó.
Pasado un tiempo, el barco paró en Río de Janeiro. Allí conoció a un lagarto muy simpático, al que le preguntó si quería ir con ella por el mundo, y su respuesta fue afirmativa.
A continuación, llegaron a un aeropuerto y subieron a un avión con destino a China, donde conocieron a un insecto muy raro y curioso que les propuso dirigirse a Londres, lugar en el que decidieron quedarse a vivir definitivamente.
Pasado un tiempo, el barco paró en Río de Janeiro. Allí conoció a un lagarto muy simpático, al que le preguntó si quería ir con ella por el mundo, y su respuesta fue afirmativa.
A continuación, llegaron a un aeropuerto y subieron a un avión con destino a China, donde conocieron a un insecto muy raro y curioso que les propuso dirigirse a Londres, lugar en el que decidieron quedarse a vivir definitivamente.
Rubén