
Cuando fue el cumpleaños de mi amiga Candela, nos pusimos a jugar con harina.
Primero comenzamos a tirarnos poca, pero luego fueron puñados...
De repente entró su padre y le cayó un puñado encima. ¡Nos reímos mucho!
No nos regañaron, pero tuvimos que recoger todo.
Alma
No hay comentarios:
Publicar un comentario