sábado, 28 de marzo de 2015

"El misterio del tintineo"

Cerca de un pueblo muy bonito había un monte al que llamaban Monte Tintineante. Era porque, cuando hacía algo de viento, de su interior salía un sonido que tintineaba como unos cascabeles.
Allí vivía Pedro, un niño con una gran curiosidad por todo y con muchas ganas de saber y aprender.
Tenía una pandilla formada por sus amigos Hugo el torpe, Clara y Andrés.
Su casa quedaba muy cerca del monte y sus padres le tenían prohibido a él y al resto ir al monte; sobre todo, si hacía viento (aunque su abuelo decía que un sonido tan bonito no podía ser nada malo).
Nuestro protagonista, todos los días, se ponía en su ventana un rato a leer, y desde ella podía observar el paisaje; cuando hacía viento, abría la ventana para poder escuchar los tintineos.


La curiosidad pudo con él y decidió llamar a sus amigos para ir. Al principio lo dudaron, pero se armaron de valor y fueron.
Se adentraron en él y, para poder descubrir de dónde venía el sonido, quedaron en silencio para poder guiarse hacia él.
Así, poco a poco, se fueron acercando al centro; allí era más fuerte, pero no vieron nada y decidieron marcharse. Entonces, Hugo tropezó con una piedra y atravesó un muro de musgo que parecía simplemente una piedra y resultó ser la entrada a una cueva: ¡Entraron todos en ella!
Vieron unos cristales rotos colgados de unas cuerdas que, al soplar el viento, pasaba por ellos y producían el tintineo.
Ya sabían por qué tintineaba, pero quién los había colgado...

Desde aquella aventura tenían más curiosidad y, de vez en cuando, iban al monte a intentar averiguar quién los había colgado.
Encontraron una grieta que llevaba a otro extremo del monte; pero, como ya era tarde, volvieron a sus casas.
Al día siguiente volvieron a la zona oculta y, caminando, encontraron una casa antigua y decidieron arreglarla para tener un sitio más cercano al que ir cuando vayan a explorar. Así que fueron a ver al padre de Andrés, que eraa carpintero, para conseguir piezas.
Una vez dentro, vieron un pequeño nido con un polluelo dentro. Cuando Clara se acercó, un enorme y extraño pájaro les atacó y escaparon.
Cuando el ave dormía, alejaron su nido para que también marchase el pajarraco.
Llevaron la cámara para sacrle una foto al ave, pero ya no estaba.

¡CUANTO MÁS EXPLORABAN, MÁS RARO SE HACÍA EL MONTE! 
Juan

"La gran aventura"

Un día de verano, caluroso, una chica de doce años, pelo castaño, ojos oscuros, con la nariz redondita, la boca ni grande ni pequeña, y de mediana altura.
Era divertida, alegre y juguetona. Cuando se enfada tiene mal carácter. Se llama Lucía.


Estaba sentada en el sofá de su casa, muy grande, al lado de su hermano, llamado Juan. Tiene diez años, el pelo castaño oscuro, los ojos entre clarito y oscuro, la nariz muy bonita, la boca grande y también alto.
Divertido, feliz y le gusta jugar al fútbol. Cuando lo enfadan, simplemente no hace caso.


Junto a ellos, en el cómodo sofá, reposaban plácidamente María y Víctor, sus padres. Ella tiene el pelo de color rubio, los ojos marrones y la boca un poco pequeña. Divertida, alegre y un poco seria.
El padre tiene el pelo de color marrón, los ojos negros y la boca normal. Es un poco serio y trabajador.
Veían todos un documental sobre los peces del Caribe. Al niño le encanta el agua, por lo que decidieron ir allí, se lo podían permitir porque hacía poco les había tocado la primitiva.
Después podrían ir a las cataratas del Niágara. ¡Una idea genial!


Estuvieron planeando el viaje. Metieron todo lo que necesitaban en las maletas: ropa de playa, libros...
Llegado el ansiado día, llamaron a un taxi y al aeropuerto; justo a tiempo: ¡Casi pierden el avión!
Despegaron y durante nueve horas: durmiendo, jugando e ilusionadísimos.
Ya en el hotel, comida, descanso y paseos.
Posteriormente, ya en las cataratas, montaron en balsas desde las que podían sacar fotografías.


Después de unos cuantos días volvieron a casa, donde se pusieron un mote:
"Los aventureros".
Se llamaron así porque les gustaba viajar y conocer lugares del mundo.

Iván

viernes, 27 de marzo de 2015

"Un viaje fantástico"

A Juan y a Jorge les encantaba hacer muchas travesuras y los castigaban; pero lo que más: ¡Jugar a las maquinitas!
Un día hicieron una trastada muy grande y su madre los castigó seis meses sin consolas; ellos se enfadaron mucho, pero se aguantaron hasta que no pudieron  más y pensaron algo.
A Jorge, que lee muchos comics, se le ocurrió algo alocado: hacer un cohete con ramas y trastos viejos detrás de la casa. Allí había una lámpara con mucho polvo, la frotaron y salió un mago que les ofreció un deseo: un cohete que fuera muy rápido.


La madre los vio despegar y llamó a la policía, ambulancia, bomberos... Para ver si habían caído en algún sitio; lo que no sabía era que se dirigían al espacio.
Mientras, ellos veían: planetas, satélites, la Luna, el Sol... Los conocían todos pero, mientras miraban, no se dieron cuenta y chocaron.
Cuando bajaron, no reconocieron ni a la Tierra.
Se podía respirar y era extenso, mas estaba todo gris y lleno de basura.


Cuando avistaron casas, no había nadie en la calle. Una niña los vio y les contó que no podían salir porque les daba miedo que las montañas de basura les cayeran encima. Se les ocurrió la idea de ayudarles limpiando y reciclando.
A los ciudadanos les pareció bien. Cuando acabaron, les dieron una maquinita y una planta únicas de su planeta.
Al llegar a la Tierra, su madre no les castigó por el susto que tenía y le contaron su historia. Ella no se lo creyó y los llevó a un psiquiatra.
Una semana después se dieron cuenta de que tenían la planta y el aparatito únicos.
Ella no se convenció del todo. Tenían un vecino científico, analizó los objetos y confirmó que eran de otro planeta.
La madre se dio cuenta y pidió perdón. El científico prometió no contárselo a nadie. Y ellos siguieron haciendo trastadas.

Alvaro


"El viaje a Hawaii"

Había una vez un padre que tenía una hija llamada Sara. Tras la desgracia de su madre enferma, quisieron ir de vacaciones a Hawaii.
El padre era rico; aparte de su fama, era familiar del mejor científico del mundo.
Ella quería llevar a sus dos mejores amigas: Irene, a la que su madre había dejado; y la otra era huérfana y no la querían dejar ir, mas se la llevaron igual.


Ya montados en el barco, fueron acomodándose en sus camarotes.
Allí aparecieron dos hombres que querían la fórmula secreta de viajar en el futuro.
Más adelante, apareció una mujer chula, alta, guapa y misteriosa. Se hizo amiga de los dos para intentar robarles la dichosa fórmula.
Unos días después, cansados de viajar, fueron a alojarse en un hotel de cinco estrellas. Allí podrían hacer lo que quisieran: ir a la piscina, viajar por la ciudad...ir a dar una vuelta en bicicleta; pero antes, tenían que llevar una botella de agua por el camino. La que Laura cogió estaba envenenada por los dos hombres, compinches de la señorita presumida.
Ya en el parque, ella tomó agua y poco a poco se quedó dormida encima de la chaqueta de un señor.
Apareció un niño que vivía con una familia muy grande, dos padres y seis hermanas (contando con él siete). Les ayudó a averiguar qué le pasaba y la llevó a su madre, especialista en estos casos. La curó dándole una manzanilla especial. 
Por fin decidieron escapar de sus perseguidores. Se fueron a vivir a una casa muy grande y preciosa.

Cristina


jueves, 26 de marzo de 2015

"El crimen"

Erase una vez una ciudad muy tranquila hasta que un asesinato muy raro dejó  a la población muy asustada.
Ningún detective de la ciudad consiguió atrapar al asesino ni resolver el caso; pero un día llegó Ricardo, que había conseguido cerrar un montón de casos en poco tiempo.
En cuanto llegó a la escena del crimen, se puso a buscar pistas y descubrió que le habían disparado diez veces a una persona y le habían robado dinero.
Al parecer, el ladrón y asesino sangraba.



Preguntó si podía ver la grabación de las cámaras. En ellas se veía que rompía una ventana; y que, por los gritos, los disparos y otros ruidos, los vecinos se despertaban asustados. 
Pudo observar que el individuo tenía un cochazo y en su ropa había escrito un nombre.
Más tarde, preguntó a los vecinos:
- ¿Visteis algo sospechoso ese día?
- Sí, un hombre con una bolsa y una pistola.
- ¿Algo más?
- Estaba sangrando por la nariz, y en su camiseta ponía "Astro".
El sabía que había escuchado ese nombre en algún lugar, pero no se acordaba dónde.
Mientras pensaba y pensaba se quedó dormido. Cuando se despertó, sintió un ruido en e piso superior. 
Cogió su pistola y subió a ver qué pasaba: ¡Otra víctima tirada en el suelo!
Al día siguiente, tomando un café mientras recopilaba las pistas en su cabeza: sabía que las víctimas eran mujeres ricas, famosas y egoístas.
Leyó el periódico y fue a trabajar. Le preguntó a su secretaria:
- ¿Llamó algún testigo?
- No, pero encontraron otra víctima.
- ¿Quién ?
- Beatriz.
- ¿La rica?
- Sí.
- ¿Dónde?
- En un callejón.
- ¿Me mandas fotos y nombres de las fallecidas?
- Sí, ahora mismo.
- Gracias.
Más tarde fue a la morada de la asesinada. Ya estaba la policía examinando el lugar. Ese barrio estaba integrado por adinerados.
Vio a un hombre que se subió a un coche y se fue a toda velocidad.
Lo persiguió, pero acabó perdiéndolo.
Ya en su casa, su mujer y sus hijos le aconsejaron relajarse.
Por la noche entró una persona en su casa. El cogió la pistola para defender a su familia. Recibió un disparo pero lo ahuyentó. ¡Lo querían matar!
Buscó en el ordenador "Astro": el nombre de una empresa millonaria, no muy conocida en la ciudad. Hacia allí se dirigió. Interrogó a los trabajadores y, en dicho momento, vio que el jefe se subía a un cochazo, le gritó "¡Ehhhhh!, pero no paró. Lo persiguió hasta que se empotró.
Confesó sus crímenes porque lo habían tratado mal cuando era pobre y esta era su venganza.
Premiaron a Ricardo por su trabajo. ¡Todo volvió a la normalidad! 

Rodrigo


"La pelota malvada"

Juan y Fernando iban a acabar sexto de primaria y estaban muy ansiosos por ir al instituto. Eran muy buenos amigos.
En el cumpleaños de Juan, el otro fue a una tienda de juguetes y encontró una bola que, si la tirabas, se convertía en un dinosaurio. Cuando se la dio, le gustó muchísimo.


Cenaron y se fueron a sus casas.
Por la noche, Juan oía unas palabras; pero no les dio importancia. A la mañana siguiente el juguete ya no estaba en la habitación, por lo que se asustó un poco.
Pasó el tiempo, estaban ansiosos porque acababa el curso. El no estaba nada contento, teniendo en cuenta que todas las notas habían sido buenas excepto las suyas.
Ya en su casa, encontró la bola mágica: primero botó tan fuerte que apareció en la terraza del vecino, luego encima de la cama...
Empezó a pensar que estaba poseída. Llamó a la policía, pero el móvil no daba señal. Tampoco pudo salir, la cerradura estaba cerrada. Escondido en el baño, miró al espejo y vio: "Vas a morir". No salió de allí hasta que llegaron sus padres.
Se la devolvió a su amigo y le echó la culpa de todo lo que había pasado. A éste también le ocurrió algo parecido...

Pablo

"Invasión terrícola"

Los plutóneos y los marcianos quieren invadir todo, pero se llevan mal y no pueden conseguirlo. Un día ganan unos, otras veces los otros.


Los de Plutón quieren invadir la Tierra. Pero los terrestres supieron responder a los ataques y, con el tiempo, prepararon instalaciones para defenderse y atacar, si hacía falta; hasta contaban con naves espaciales. Poco a poco fueron conquistando planeta tras planeta yh empezaron a ser temidos en todo el Universo.

Víctor

"Las cuevas"

La familia Pérez veraneaba en el camping "Las Cuevas". Casi siempre iban con su caravana y así podían hacer excursiones, escapadas a otros lugares, escaladas y explorar gran cantidad de cuevas que había en las montañas.
Un viernes por la tarde salieron con unos amigos a visitar una de las mas alejadas; llevaban mucha comida y sacos de dormir para quedarse varios días.
Después de la cena estaban contando historias y oyeron varios gruñidos, pensando que era un animal salvaje.
Por la mañana los mayores salieron a escalar, quedando los niños con un guía. Daniel, el hijo pequeño, estaba jugando un poco alejado y se asustó con unos ojos brillantes detrás de unos arbustos y volvió corriendo. Más tarde le picó la curiosidad y se acercó al mismo lugar, encontrándose una cría de troll bastante fea pero con cara chistosa. Vio que no se asustaba y le ofreció un trozo de bocadillo, que lo comió con ganas.


Al día siguiente le llevó más comida pensando que no lo iba a encontrar, pero allí estaba. como lo siguió hasta el campamento, los otros trolls también fueron para buscar al pequeño.
Eran más grandes, más feos y con cara más chistosa; lo que querían era encontrar al pequeñajo y hacer amigos.
Todos estaban temblando de miedo menos el niño, que los tranquilizó.


Hicieron un trato: les ayudarían si les daban alimento. ¡Hasta lo acabaron pasando bien!
Al final, todos se pusieron tristes, sobre todo Daniel y el pequeño troll; claro que quedaron para volver al año siguiente.

Al llegar el verano, los dos se volvieron a ver.
El niño se acordó de que el troll no tenía nombre; entonces, le puso el nombre de Puchi, porque le puso un gorro y le quedaba muy bien.
A la semana siguiente, algunos guardaban el campamento, otros cuidaban de los niños.
Tras un tiempo, decidieron hacerles una fiesta sorpresa por lo buenos que eran. Lo pasaron muy bien.
Los campistas hicieron una escalada a la montaña más alta. Al llegar a la cima, se fijaron en que nunca había sido explorada. Al llegar la hora de bajar, se levantó una niebla muy espesa. El equipo de rescate tuvo que rescatarlos.
Finalmente, decidieron ir todos allí, se quedaron hasta el anochecer y desde allí miraron las estrellas.


Legó el momento de irse, los dos amigos se separaron, se despidieron y se fue cada uno por su lado.

Diego

"Plantas contra conejos"

Había una vez un mundo lleno de naturaleza. Un día unos conejos mataron todas las plantas menos cinco:
- Explosiva: fabricaba bombas para destruir a sus enemigos.
- Carnívora: comía todo lo que se encontraba.
- Encantadora: hipnotizaba a sus enemigos con su dulzura.
- Esponjosa: controlaba todos los ataques de agua.
- y Dormidona: hacía que le entrara el sueño a cualquiera.
Explosiva estaba wasapeando con Dormidona cuando una de ellas oyó un ruido:
- ¡Socorro, socorro! - gritaban dos plantas.
Salieron con cuidado a ver qué pasaba. Se asomaron y vieron como los conejos se llevaban a Carnívora y a Encantadora, por lo que avisaron a Esponjosa. 


Se dirigieron a la guarida de los conejos. Llegaron y vieron un gran volcán. Dormidona los durmió con un beso y gritó: ¡Venid todos!
Vieron una barrera de lava. Esponjosa había provocado un tsunami que había destruido toda la barrera.
Escucharon a Carnívora y la buscaron, hasta que encontraron un castillo. Querían entrar, mas los cocodrilos se lo impedían.
- Esperad, los haré volar. - exclamó Explosiva. 
Y empezó a tirar canicas explosivas que los mataron a todos.
Ya en una sala, un robot lanzaba misiles pero se le acabó la gasolina.

Por fin, detrás de un girasol gigante la encontraron.


¿Cuál fue su sorpresa? Se había enamorado de un ratón...

Alejandro

miércoles, 25 de marzo de 2015

"El mundo perdido"

Eran seis amigos que pasaban todo el día juntos. Les gusta el fútbol y juegan en el mismo equipo.
Rubén es rubio y bromista, Pablo tiene el pelo castaño y es pensativo, Antón es alto y chistoso, a Brais era al que menos le gustaba estudiar, Xoel el más presumido y Jaime el risueño. 

Un día salieron a jugar al escondite y Antón encontró un agujero, llamó a sus compañeros y vinieron todos menos Jaime que, sin querer, los empujó y se cayeron en él.


¡Ahí empezó su aventura!

Cuando consiguieron levantarse, observaron que había gente como ellos y tenían una gran ciudad; lo diferente era que convivían con dinosaurios, porque aún no se habían extinguido.




Tenían miedo porque no se creían lo que veían.
Encontraron a un niño de su edad y hablaba su idioma. Le preguntaron cómo eran capaces de vivir con dinosaurios y la respuesta fue que se habían acostumbrado.
No corrían peligro y fueron a merendar con el nuevo amigo.
Estaban muy nerviosos porque aquellos "animalitos", por llamarlos de alguna manera, pasaban muy cerca de ellos.
Terminadas las galletas, fueron a comprar ropa para poder estar en aquel sitio, al que llamaron: "El mundo perdido", 
Brais preguntó cuándo volverían al mundo de arriba. la respuesta fue inmediata: ¡Ya!
Pasado el tiempo, por curiosidad, volvieron a descender y vieron que los dinosaurios se estaban muriendo por no estar con ellos.

Rubén

"Las tres galaxias amenazadas"

En el universo espacial tres galaxias fueron amenazadas por un malvado extraterrestre que destruía todo. Pero en cada una de ellas vivían tres superhéroes: el del poder, el de la sabiduría y el del valor, que no tardaron en conocer el problema.
Tan pronto enterarse, salieron de su poblado y atacaron a sus enemigos, pero se confundieron. Estuvieron hablando un rato, pero una nave ya había destruido dos planetas.


Trazaron un plan muy complejo. Se dieron prisa porque la nave se dirigía a la segunda galaxia.
El poderoso hizo un agujero en la parte de atrás, entraron y se encontraron con unos alienígenas que, nada verlos, empezaron a disparar. De pronto, el valiente se lanzó a ellos y destruyó sus pistolas. Los ataron, les obligaron a explicarles todo y se pusieron en marcha. Caminaron mucho hasta encontrar un mapa, les faltaba muy poco para llegar.
Tras derrotar a monstruos; cruzar pasillos llenos de lasers, pinchos y objetos muy peligrosos; y evitar bombas de energía luminosa... ¡Hubo una gran explosión!
Ya en una sala, encontraron los datos de una nave; intentaron desconectar los motores: ¡Era demasiado complicado!
Finalmente éxito. El techo rugió, las paredes crujieron y apareció el extraterrestre con rayos de energía. Lanzados contra él, utilizaron sus ataques estrella: la palmada del poder, el corte de la sabiduría y la furia del valor. Lo transformaron en polvo y sus mundos volvieron a la paz.


Abel Roca

"El descubrimiento"

Erase una vez una familia con dos hijos: Ben y Marian; sus padres, Lucía y Manolo, habían comprado una casa en el campo, a las afueras de una ciudad antigua.
Cuando llegaron, se dieron cuenta de que era muy vieja, pero por dentro estaba muy cuidada.


Cuando Ben se estaba instalando, descubrió una teja vuelta, la apartó y había una llave y una pequeña carta. Al leerla, se enteró de que se había construido encima de un templo egipcio con una reliquia sagrada; y que la llave era la clave para descubrir la entrada.
A lo largo de la semana los niños encontraron otras cartas iguales.
El lunes de la semana siguiente, sus padres estaban fuera, y ellos encontraron un cuarto secreto donde había un montón de esculturas egipcias.


Había también un elixir de la juventud eterna. No se lo creían, pero cerca del bote había una foto antigua, en la que estaba el señor que les había vendido la casa ( la fotografía era de 1.945 y estaban en el año 2.0125).
Querían averiguar de qué trataba todo esto. Le pidieron a su padre la dirección y el nombre. Estuvieron buscando información: en su fecha de nacimiento no ponía nada. Su madre tampoco sabía nada, por lo que decidieron ir a su casa: ¡Allí no había nadie!
Posteriormente, encontraron un mapa que les indicaba que había otros objetos. Les faltaba una pieza y no la encontraron; así que pensaron qué tenían todas en común: Formaban una copa, como el Santo Grial (la copa de la juventud), pero nada...


Bajaron por la puerta secreta, allí encontraron el trozo que les faltaba y lo unieron:
 ¡La copa empezó a brillar!
A Marian le cayó agua dentro y se transformó en un líquido muy parecido al que contenía el bote del elixir de la juventud eterna.
Los egipcios lo habían dejado como legado a las siguientes generaciones; como se abusara de él, no funcionaría.
Por fin, volvieron a buscar al que les había vendido la casa. Le explicaron lo sucedido. Él les contó que era descendiente egipcio y les pidió todo lo que habían hallado. No hubo ningún problema.

Nicolás Rioboó

martes, 24 de marzo de 2015

"Amor canino"


Había unha vez un can que estaba coxo dunha perna e todos ríanse del. O pobre sempre estaba triste e sen compañía.
Un día unha familia mudouse á rúa onde el vivía. Viñan cunha cadela moi bonita chamada Anxela: Namorouse dela!
Desesperado por coñecela, acercouse e a outra tamén; sentían pasión por coñecerse. Presentáronse a si mesmos e fixéronse amigos. A relación foi unha marabilla e foron mozos.
Seguíronse vendo todos os días, mais había un problema: ela debía marchar cos seus donos, aos que non lles gustaba o lugar. Cando llo contou ao can, desilusionouse moito e decidiron estar xuntos todo o tempo que lles quedaba.
Ao final, quedaron cos dous e poideron seguir xuntos para sempre.

Laura

"A revolución das letras e números"

O luns, cando cheguei á escola, tocábanos facer matemáticas co noso titor. El escribiu una raíz cadrada e mandou saír a Juan; cando quixo escribir o número, os números movéronse porque querían facer unha broma e ademais aburríanse.


Na segunda hora tocoulle a Olga averiguar o perímetro dun cadrado; ao facelo, este escapouse e saíu correndo tras el.
Despois foi Álvaro a escribir un ditado e rodear os artigos, verbos... Pero non querían que os tocasen.
O mestre foi avisar á directora para comentarlle o que pasaba: Todo que se escribía escapaba!
No recreo, vimos aos fuxitivos: letras e números, xogando ao balón e ao escondedoiro. Todos quedamos coa boca aberta vendo a festa que estaban a facer.


Ninguén o podía crer!

Probamos a dar plástica: os debuxos escapaban; na pantalla dixital o mesmo. Que se podía facer?
Chamada a policía, non foron capaces de poñer orde; e máis cando trouxeron pepinillos en vez de pistolas: Estaban comendo!
Ao final, falando con todos os números, letras e debuxos, pediron divertirse de cando en vez. E así volveu todo á normalidade.

David  

lunes, 23 de marzo de 2015

"El viaje a Listolandia"

Un cálido martes 13 del año 1.999, estaba un profesor explicando las potencias a sus alumnos y... ¡Boom! Un avión aterrizó en medio de la clase.


Estaba lleno de niños americanos. Tenían el objetivo de llevarlos a Listolandia para que los niños aprendiesen cosas interesantes de aquel país.
El maestro alucinó cuando le comentaron el objetivo. Convocó una reunión con los padres para hablar del tema; decidieron que todos se dirigirían allí esa misma noche.
Todos se fueron corriendo a sus casas a preparar sus maletas.
Estaban emocionados con la idea, se les pasaban mil cosas por la cabeza.
Hicieron el viaje con toda normalidad.
los americanos les enseñaron: el país, sus costumbres, sus comidas, sus juegos, su forma de vestir...

Ya en un colegio, empezaron a trabajar como locos, les salían las raíces cuadradas por las orejas.
El problema surgió cuando descubrieron que los querían utilizar como ratas de laboratorio; por lo que idearon un plan para fugarse. 
Llenaron el aparato con todos los niños, regresaron e intercambiaron sus culturas, que era de que se trataba. 

Olga

jueves, 19 de marzo de 2015

"El hueso perdido"

 ¡Ya es la hora de levantarse! Son las doce de la noche y tengo que actuar en la fiesta de mi cementerio. Soy el esqueleto estrella, el mejor bailarín y me llamo Franky.


Hoy me siento raro, como si me faltara algo. Traté de levantarme pero no pude y entonces me di cuenta: ¡Me faltaba un huesecito!

Lo único que podía hacer era gritar desesperadamente.
Mi amigo Bartolo se acercó para ver qué me pasaba:
- ¿Qué pasa, Franky?
- ¡He perdido uno de mis huesecitos, así no puedo bailar! ¡Un momento! Tú me puedes dar tu hueso de la cadera; además, eres el batería y no tienes que estar de pie.
- Vale, pero sólo un ratito.

En cuanto me puse el hueso de mi amigo no pude evitar pegar un salto para salir de mi agujero, buscando a mi alrededor: ¿Dónde estará mi hueso?
Vi al sepulturero y a su maldito perro Bob llevando algo en la boca. No descubrí lo que era hasta que pasaron por una de las farolas. Si tuviera corazón, me habría dado un vuelco: ¡Era lo que buscaba! ¡Qué ganas me dieron de azotar a aquel maldito perro ladrón!



Se me ocurrió una idea brillante, busqué una cuerda rápidamente, me quité una de mis costillas, la até y llamé a aquel chucho, el muy tontorrón caería en la trampa.

Me coloqué delante del agujero más grande que encontré y esperé hasta que estuvo muy cerca; le enseñé el hueso, soltó el que tenía, lance el mío al hoyo y cayó sin remedio.
Recuperé mi hueso perdido, tiré de la cuerda para coger el otro y salí en busca de Bartolo. Le devolví el suyo, me coloqué los míos y comenzó la mejor fiesta en mucho tiempo.

Alejandra

martes, 17 de marzo de 2015

"O bosque encantado"

Había unha vez un bosque encantado. Visto dende fóra parecía tenebroso; pero, en troques, por dentro esta cheo de luz e de vida.
A súa aparencia servíalle aos animais para protexerse dos cazadores.
Un bo día un rapaz loiro e valente chamado Lucas, xogando co seu can, escapóuselle para o interior e seguiuno. Entrou e viu que por dentro non daba medo. Os animais suplicáronlle que non o contase porque os matarían; loxiocamente, el gardou o segredo.


O neno foi facéndose maior, e quixo ser menciñeiro para axudar a curar enfermos. Grazas ao seu avó e ao amor á natureza, aprendeu moito sobre as plantas e os seus poderes curativos.
Pero un veciño tíñalle envexa, mentiu e dixo que facía bruxaría. Tivo que fuxir do seu fogar para protexer á súa familia.
Lembrou que de pequeno descubrira o segredo encantado, polo que decidiu irse a vivir ao bosque.
El quería seguir axudando, intentouno por internet mais non había cobertura...
Todas as persoas de bo corazón sempre encontrarán o camiño para o fogar de Lucas.

Nicolás Gómez

"El tesoro de la amistad"


Trata de unos amigos llamados Andrés y Rebeca.
Estaban paseando cuando de repente vieron una cueva y decidieron entrar.
Encontraron a una niña y un tesoro a su lado; ellos ya sabían lo que iban a hacer: ¡Cogerlo!
Cuando se fueron acercando, vieron que ella era de otra raza y se alejaron. En ese momento, llegó un niño llamado Iago, que fuer hacia ella para ayudarla y salvarla.
- ¿Qué haces? - preguntó Rebeca.
- Salvarla de vosotros. - contestó el niño. 
- ¡Pero es de otra raza, no podemos estar con ella!
- A mí eso me da igual, tiene la boca tapada y las manos atadas, no puede comer ni beber. ¡Necesita ayuda!
Ante tales palabras, Andrés y Rebeca se dieron cuenta de la tontería que iban a cometer, se arrepintieron de su egoísmo y de su racismo y decidieron echarle una mano.

Tras ayudar a Melinda, que así se llamaba, ésta les contó que el tesoro era suyo, se lo había dado su padre antes de morir. Unos ladrones se lo habían robado y la habían encerrado allí con él, para que no dijera nada a nadie.
Después de contárselo, decidió darles parte del mismo a sus nuevos amigos.
Ellos, al ver su reacción, si dieron cuente de lo egoístas que habían sido al principio, por lo que decidieron donar una buena parte a los más desfavorecidos.
Melinda se fue a vivir a casa de Iago, que vivía solo dado que le habían fallecido sus padres.
Comprendieron que la amistad y las buenas obras eran lo que les hacía más felices; y que no se puede juzgar a nadie por ser distinto o de otra raza o cultura.
¡No hay mejor tesoro que la amistad!

Sheila

martes, 3 de marzo de 2015

"Cupcakes fugitivas"

Una vez una chica llamada Raquel estaba haciendo unas "cupcakes" de chocolate blanco (la verdad es que tenían muy buena pinta).
Había un gran problema que a ella le daba igual: su horno tenía un agujero bastante grande, por no decir enorme.
Las acabó y las metió en el aparato.
Ella se fue a hacer varios recados y tardó aproximadamente cuatro horas.
En el horno hubo una reacción; y no te los vas a creer:
"Las cupcakes cobraron vida".





Salieron del horno causando estropicios. Le fastidiaron la encimera, el microondas, arañaron las puertas, tiraron el sofá por la ventana...
Cuando volvió, se encontró con todo lo que habían hecho. No le dio importancia y la casa quedó patas arriba durante todo el día. No lo quiso recoge porque le daba pereza y se fue tan tranquila para cama.
Al día siguiente observó que su hogar estaba el doble de desordenado.




De esta vez se enfadó bastante y llamó a la policía. Quería coger su coche, pero una cupcake se lo había fastidiado.
De repente, los agentes empiezan a recibir llamadas de toda Marinolandia, en donde no funcionaba ningún electrodoméstico. Todos se quejaban.
Pusieron un cartel:
"Quien encuentre a las culpables, se llevará un premio de 14.000 euros".
Toda la ciudad se puso a buscar como locos a ver si las encontraban.
Pasaron dos años y aquel lugar seguía igual.
¡Siempre lo mismo! Hasta el 12 de mayo de 3.217, cuando aterrizó un ovni; y hacia allí se dirigieron.
Pasadas dos semanas, los extraterrestres bajaron.
Un  niño gritó: "¡Gru, el de la película!" 
Dijo que venía a comer las magdalenas.


  


Los grus las encontraron, se las comieron y marcharon a su planeta.
¡Todo volvió a la normalidad!

Lena y Paula

"Unha viaxe histórica"


Había unha vez dous nenos chamados Ana e Iago. Eran irmáns e gustáballe moito facer experimentos, vivir aventuras...
Un día estaban aburridos e quixeron probar unha cousa, se serían capaces de facer unha máquina do tempo.
E así foi, pediron un manual de instrucións e empezaron.
Cando case a tiñan terminada, o seu pai chamounos para merendar e, como tiñan o garaxe feito un desastre, recollérono rapidamente.
Voltaron ao traballo e pouco tempo despois xa a tiñan lista; quixérona probar e decidiron ir moitos anos atrás, nada máis e nada menos que á revolución francesa.
Aterrizaron e chegaron a unha casa na que vivían oito persoas.
Eles petaron á porta para comentarlles que ían axudar; entón, deixáronos pasar.
Nestes malos momentos de fame que estaban a pasar, a súa colaboración era moi beneficiosa.
Finalmenete, os rapaces tiveron que volver ao seu mundo actual e ofrecéronlles se querían vir ao século XXI; negaron a oferta e dixeron:
"Agora que nos amañaches todo, ímolo aproveitar ao máximo,
e moitas grazas por todo".

Laura